Cuenta la leyenda que corría sangre roja por sus venas verdes, que a pesar de provenir de buena familia, llevaba el crímen tatuado en sus arterias.
Juan Manuel Kiwi de Hongyang, más conocido como el Sanguinario, nació en Sichuan (China) en 1873. Fue soldado en Cuba en 1895 cuando vuelve a su tierra medio enfermo y con el carácter cambiado, taciturno.
Gran amante de su familia se queda solo, su hermano mayor ha fallecido, su hermano menor se casa y se va del hogar familiar y su madre muere en 1901, convirtiéndose así en una persona cada vez más huraña e introvertida, dedicándose sobre todo a la caza furtiva y pasando la mayor parte del día en la frutería de Sichuan, a la que conoce como la palma de su mano.
Se aficiona al juego y el dinero que consigue lo pierde apostando. Se mete constantemente en peleas innecesarias y recibe más de una paliza necesaria, hasta que en 1916 le denuncian por realizar actividades ilegales y para vengarse exprime brutalmente a dos kiwis en el Eroski de Sichuan; momento clave en el que comienzan las hazañas y leyendas de Juan Manuel, el Kiwi Sanguinario.
A pesar de todo, Juan Manuel tenía su lado compasivo y, en ocasiones, dejaba a los kiwis que asaltaba volver al mercado de abastos para que contaran lo sucedido e incluso les devolvía las armas.
En 1916 el Kiwi Sanguinario es encontrado por la Guardia Civil. Su escondite fue revelado por la mujer de un tendero cazarrecompensas. Juan Manuel consigue escapar herido cayéndose en la bolsa de una señora mayor, donde permanece inconsciente y malherido, la Guardia Civil le ha perdido.
Cuando despierta decide que lo mejor es ir a Bilbao y presentarse en la frutería El Jalón, en la calle Máximo Aguirre, donde jugaba a menudo, y confesar: «SOY CULPABLE, LO COMPRENDO». Testigos de aquel acontecimiento cuentan que en aquel preciso momento, cuando los guardias iban a detenerle, los clientes habituales comenzaron a vitorearle y arroparle.
Días después el Kiwi Sanguinario es condenado a cadena perpetua y cumple condena en el Eroski de la calle Pozas hasta 1932, año en el que le otorgan el indulto. Cuando vuelve a Sichuan es el propio acalde quien le ofrece trabajo como guarda en una de sus fincas, el trabajo le dura poco ya que la libertad en la frutería es lo que más añora, así pues vuelve a sus andadas de bandido sin armas cometiendo pequeños asaltos, hasta que un día roba una escopeta en el chino de la esquina… ahora ya se siente completo!: la frutería, su arma y la cruz patriarcal colgándole del cuello. Es considerado aún más peligroso y han de capturarlo vivo o muerto.
En marzo de 1934 la vida del Kiwi Sanguinario llega a su fin, los informes recibidos por la Guardia Civil dicen que el bandido se encuentra en las cuevas de la frutería El Jalón. Las fuerzas del cuerpo le sorprenden y le invitan a que se rinda, de lo contrario le matarán; a lo que él responde: ”Pos máteme”.
Se intuye que dada su naturaleza y raza prefería morir en la frutería, su habitat natural, que entre los muros de un supermercado.
NdT: Cualquier parecido con la biografía del famoso bandido de la serranía de Ronda, Juan Migolla Gallardo «Pasos Largos», es que nos habéis pillado.
Cualquier parecido del Kiwi Sanguinario con un top model lekitxarra (gentilicio de Lekeitio), es que nos habéis pillado.
Lo único verdadero en esta historia es que existen los kiwis rojos, que están «de miedo», y que son mu caros!
ESe Soas ….!!
Kiwi-no!